La información detallada es muy acertada, porque nos ayuda a ver que las dificultades en matemáticas no siempre se deben a la falta de esfuerzo, sino que pueden ser parte de cómo funciona el pensamiento de cada estudiante. Por eso, no basta con repetir ejercicios, sino que se necesitan estrategias especiales y adaptadas a cada caso.
Esta idea también la comparte (Bravo, 2025), quien explica que para aprender matemáticas se usan procesos mentales como la atención, la memoria y el razonamiento. Si alguno de estos no está bien desarrollado, el aprendizaje puede volverse difícil. Pero esto no significa que el estudiante no pueda aprender, sino que necesita apoyo adecuado.
Ambos autores coinciden en que es importante trabajar en conjunto: docentes, psicopedagogos y familias. Además, recomiendan usar materiales visuales, objetos manipulables y otras formas de explicar para que los estudiantes entiendan mejor y no solo memoricen.
Ver estas dificultades como parte de la diversidad del aula nos ayuda a construir una educación más inclusiva, donde cada niño pueda aprender a su ritmo y según sus capacidades.
Bibliografía
Bravo, L. (2025). Artículo . Obtenido de Neurociencias Matemáticas: https://www.researchgate.net/publication/313694592_-Neurociencias_Matematicas11