Desde mi punto de vista, estoy completamente de acuerdo con lo expuesto por mi compañera ya que el aprendizaje de la matemática no puede reducirse únicamente a la resolución de ejercicios sino que las emociones juegan un papel fundamental en cómo los estudiantes se relacionan con esta disciplina. Considero que los docentes de los primeros años escolares tienen una responsabilidad super importante en fomentar la confianza en los estudiantes más pequeños porque es en esta etapa donde se forman las bases de su relación con las matemáticas, si desde temprano los niños experimentan seguridad y apoyo es más probable que desarrollen una actitud positiva hacia la materia evitando miedos o bloqueos que pueden afectar su aprendizaje futuro facilitando un aprendizaje más significativo y duradero a lo largo de su vida escolar, trabajar las emociones en la enseñanza de las matemáticas no solo mejoren sus resultados sino que también desarrollen una actitud más positiva y perseverante frente a esta materia impulsándolos a no rendirse ante los obstáculos.