En Riobamba y otras zonas de la Sierra ecuatoriana, la agricultura es una de las actividades más vulnerables al clima. En los últimos años, los cambios en las estaciones y la escasez de lluvias han afectado directamente el cultivo de papa, cebada y habas, que son productos fundamentales para muchas familias campesinas. Las heladas también han sido más frecuentes y severas, dañando cultivos enteros durante la noche. Frente a esto, muchas comunidades han empezado a recuperar saberes ancestrales sobre el clima, como la observación del comportamiento de las aves o las nubes, combinándolos con técnicas modernas de riego y conservación del suelo. Es fundamental que los gobiernos locales apoyen con asistencia técnica y financiamiento para adaptarse a estas nuevas condiciones.