Concuerdo contigo, España y la iglesia deberían pedir disculpas por todo lo ocurrido las masacres, enfermedades donde eran afectadas muchas de la personas , maltratadas obligadas hacer trabajos forzados, sin embargo, creo que es precisamente la falta de reconocimiento , negar o minimizar los abusos sufridos por los pueblos originarios puede interpretarse como una forma de indiferencia o incluso de justificación ,una disculpa no debe ser vista como un acto de humillación para España o la Iglesia, sino como un gesto de humanidad y madurez histórica. Esto no debe verse como una amenaza, sino como una oportunidad para fortalecer el diálogo entre culturas y avanzar hacia una convivencia más justa. Reconocer el dolor causado no es reescribir la historia al contrario, al reconocer el dolor del pasado, se construye una base más sólida para valorar la diversidad actual. La reconciliación, el perdón no elimina lo ocurrido, pero puede abrir la puerta a una nueva relación más justa y respetuosa con los pueblos indígenas, puede ser una poderosa herramienta de sanación.