El enfoque cuantitativo-deductivo parte de teorías existentes y literatura previa, estableciendo hipótesis específicas (como la influencia del prestigio social, seguridad y extraversión) que luego se comprueban mediante instrumentos estandarizados aplicados a muestras representativas. Su objetivo es generalizar los hallazgos y establecer relaciones causales medibles entre variables predeterminadas. El análisis se basa en procedimientos estadísticos para verificar o rechazar las hipótesis iniciales.
En contraste, el enfoque cualitativo-inductivo comienza con la observación directa del fenómeno, estudiando casos específicos para comprender sus experiencias y significados particulares. En lugar de partir de hipótesis preconcebidas, las conclusiones emergen de los datos recopilados mediante técnicas como observación y entrevistas abiertas. Este enfoque busca la profundidad interpretativa más que la generalización estadística, construyendo conceptos y esquemas explicativos a partir de las experiencias observadas, priorizando la comprensión holística del fenómeno social estudiado.