Fecha: 14 de mayo del 2025.

La señora Anabella Azín, madre del presidente Daniel Noboa y perteneciente al partido de ADN, parece vivir en otro mundo. Según ella, desde que su hijo ganó las elecciones el 13 de abril, en Ecuador se vive paz y optimismo. Quizás eso sea cierto en su  club de yates o en los lujosos salones de la familia presidencial. Pero en el resto del país, lo que se siente es miedo, dolor, angustia y desesperación.

Este 2025 está siendo el año más violento que ha vivido Ecuador. A esto se suma una crisis económica grave, más desempleo y mucha gente perdiendo la esperanza. Las calles están marcadas por la delincuencia, los negocios cierran, los ciudadanos emigran, y las familias lloran a sus muertos. Mientras tanto desde el poder se habla de estabilidad y progreso. ¿Es que no lo ven? ¿O prefieren ignorarlo y seguir con un discurso que les conviene?

Y eso no es todo. El nuevo presidente de la Asamblea, Niels Olsen, también tuvo su momento. Dio un discurso simple, diciendo que si estamos unidos, todo va a mejorar. Habló la democracia, pero en el mismo acto se la negó piensan distinto. Pero en ese mismo acto negó la palabra a la oposición de los legisladores de la Revolución Ciudadana. No solo no los dejaron hablar, sino que incluso pusieron a la escolta legislativa para impedirles acercarse a la presidencia de la Asamblea. Un mensaje bonito acompañado de una acción brutalmente contradictoria.

Una cosa dicen y otra hacen. ¿Eso no es autoritarismo disfrazado? Todo indica que sí… y lo más preocupante es que esto recién comienza. Mientras unos viven en su burbuja, el resto del país sigue sufriendo la realidad.