Los números reales están presentes en muchas situaciones cotidianas. Por ejemplo, cuando voy a la tienda con $10 y compro un jugo que cuesta $3.50, uso números decimales para saber cuánto me queda. Si después gasto $2 más, hago una resta con números enteros para saber que me quedan $4.50.
También uso fracciones cuando cocino. Si una receta dice que necesito 1/2 taza de arroz o 1/4 de cucharadita de sal, estoy usando fracciones sin pensarlo mucho. Son súper útiles para medir con precisión.
Los números enteros también los encuentro al contar cosas simples, como los 3 cuadernos que llevo a clase o las 5 veces que subo escaleras en el día. Incluso si estoy cansada y digo “hoy no tengo ni 1% de energía”, aunque sea exagerado, estoy usando números reales para expresarme.