Sinceramente, no creo que el mundo sería mejor sin los varones, ni tampoco sin las mujeres. O sea, más allá de las diferencias biológicas, el problema no es el género, sino las actitudes que aprendemos socialmente. Hay comportamientos machistas que sí han hecho daño, pero eso no significa que todos los hombres sean el problema, ni que el mundo funcionaría mejor sin ellos. Lo mismo al revés: sin mujeres tampoco podríamos avanzar, ni emocional ni socialmente. Biológicamente tal vez algún día se pueda “sobrevivir” sin el otro género gracias a la ciencia, pero vivir no es solo sobrevivir. Somos diferentes, pero complementarios, y la clave está en el respeto, en aprender a convivir y construir un mundo más justo entre todos. El punto no es eliminar al otro, sino entendernos mejor.