REFLEXIÓN:
El 13 de marzo de 2025, un deslizamiento de tierra provocó la ruptura del Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), derramando más de 25.000 barriles de crudo en los ríos Caple, Viche y Esmeraldas. Este incidente afectó gravemente a comunidades locales, contaminando fuentes de agua, destruyendo cultivos y generando problemas de salud. Aproximadamente 113.000 personas resultaron afectadas, muchas de ellas afroecuatorianas o mestizas, enfrentando graves problemas de salud, hambre e inseguridad alimentaria.
La contaminación no se limitó a los ríos; el agua afectada también llegó al Refugio de Vida Silvestre Manglares Estuario Río Esmeraldas, según informó el Ministerio de Ambiente. La devastación es incalculable, con miles de especies muertas y ecosistemas enteros en peligro. Mientras tanto, las medidas de contención, limpieza y remediación avanzan a cuentagotas, insuficientes frente a la magnitud del desastre.