Los sentineleses, ese pequeño grupo humano que habita la isla Sentinel, ellos han elegido vivir en aislamiento, alejados del ruido del mundo moderno sin tecnología sin comercio sin contacto con nadie más y aunque desde afuera pueda parecer que les falta todo quizás son ellos quienes realmente lo tienen todo libertad, identidad, paz y un vínculo profundo con su tierra frente a esto, la civilización moderna tiene una sola opción respetar su decisión.
No podemos acercarnos a ellos con la idea de salvarlos o protegerlos como si fueran frágiles o ignorantes de hecho cada vez que alguien ha intentado aproximarse ya sea con regalos, ayuda médica o incluso fe religiosa han respondido con rechazo, y muchas veces con violencia y no porque sean salvajes sino porque ya han entendido que el contacto con el exterior puede significar la pérdida de su mundo enfermedades para las que no tienen defensas, la ruptura de su cultura, la entrada de intereses ajenos en lugar de juzgarlos deberíamos preguntarnos si ellos se sienten cómodos de esa manera
Las leyes que impiden el acercamiento a su isla no son un capricho son una barrera de protección, tanto para los sentineleses como para quienes sienten la tentación de cruzar esa línea porque al final cada intento de acercamiento sin permiso es una invasión y si alguien muere en ese intento como ya ha ocurrido no se puede culpar a quienes defendieron su hogar la responsabilidad es de quienes no escucharon las advertencias ni entendieron el valor de ese silencio que los sentineleses han elegido mantener yo pienso que la forma más honesta de cuidar a este pueblo no sea llevándoles nada, sino asegurándonos de que nadie les quite lo que ya tienen a veces, el acto más profundo de amor y respeto no es intervenir, sino simplemente dejar ser y eso, aunque parezca poco, lo es todo.