Título: La asambleísta Mónica Salazar, exmilitante del correísmo, se suma a la mayoría oficialista
Fecha: Viernes 9 de Mayo de 2025
Link:
- https://www.primicias.ec/politica/asamblea-monica-salazar-correismo-mayoria-oficialista-adn-95924/
- https://www.lahora.com.ec/pais/monica-salazar-adhesion-bloque-oficialista-gobierno/
Reflexión:
La política en Ecuador vuelve a cambiar con la decisión de la asambleísta Mónica Salazar, quien dejó el grupo de la Revolución Ciudadana (el partido del correísmo) para incorporarse al sindicato oficialista del Gobierno, la Acción Democrática Nacional (ADN). Esta información ha sido relevante ya que sucede precisamente cuando la Asamblea Nacional se está preparando para iniciar su nuevo ciclo.
Este tipo de decisiones provoca numerosas perspectivas. Para ciertos individuos, podría ser una táctica para colaborar de manera más efectiva con el Gobierno y conseguir proyectos para sus provincias. Para otros, representa un acto de traición hacia el partido que la respaldó para alcanzar el puesto. Las personas que votaron por ella creyendo que simbolizaba ciertas ideas, ahora perciben que ha cambiado de perspectiva.
En el Ecuador actual, tanto el Gobierno como la Revolución Ciudadana son los dos partidos con mayor influencia, aunque ninguno posee. Por ello, cada voto tiene un gran valor. Cuando un asambleísta cambia de grupo,tal como Salazar lo hizo, puede contribuir a que uno de esos bloques obtenga mayor influencia para tomar decisiones. No obstante, este tipo de transformaciones también presenta un desafío: numerosos políticos no se mantienen constantes en sus compromisos.
Cambiar de partido sin tener una buena explicación de por qué, provoca que las personas desconfíen de los políticos. La población se percibe engañada o desconsiderada, ya que votaron por una propuesta y al final obtienen otra.
La política debería enfocarse en el beneficio individual. Si un político cambia de partido, debería justificar de manera explícita sus motivos y demostrar que lo hace por el beneficio del país, no por beneficios personales. La claridad y el respeto hacia los votantes son fundamentales en toda democracia.