Sin embargo, Cronos también fue advertido de que sería derrocado por uno de sus hijos, por lo que comenzó a devorarlos al nacer. Rea, su esposa, logró salvar al menor, Zeus, escondiéndolo en una cueva en Creta y dándole a Cronos una piedra envuelta en pañales. Zeus creció, liberó a sus hermanos (Hestia, Deméter, Hades y Poseidón), y lideró una rebelión conocida como la Titanomaquia. Con la ayuda de los cíclopes y los hecatónquiros, Zeus y sus aliados derrotaron a los titanes.
Cronos y sus seguidores fueron encerrados en el Tártaro, mientras que Atlas fue condenado a sostener el cielo. Así, los dioses olímpicos, liderados por Zeus, establecieron un nuevo orden divino sobre el universo.