Por ejemplo, en economía, la lógica proposicional se utiliza para construir modelos económicos coherentes, evaluar la validez de argumentos y optimizar decisiones bajo ciertas condiciones, como en el análisis costo-beneficio o en la formulación de políticas públicas.
Por otro lado, la Teoría de Conjuntos es fundamental en el análisis estadístico y de datos, ya que permite dividir poblaciones mediante operaciones como la unión, la intersección o la diferencia, como sucede en los estudios de mercado al examinar diferentes grupos de consumidores. Ambas disciplinas estimulan un pensamiento lógico, analítico y estratégico, cualidades esenciales para enfrentar problemas complejos en campos como la ingeniería, la economía o la vida diaria, fortaleciendo nuestra habilidad para argumentar con precisión y evitar confusiones.