Un árbol de problemas contiene tres partes principales:
1. El tronco: representa el problema central, que debe estar definido de forma clara, concreta y objetiva.
2. Las raíces: son las causas del problema. Están en la parte inferior del árbol y explican por qué ocurre el problema.
3. Las ramas: son las consecuencias del problema central. Se ubican en la parte superior del árbol y muestran los efectos o resultados negativos que provoca el problema.