Desde mi punto de vista la identidad cultural habla sobre comunidades, que se identifican por sus costumbres, tradiciones y valores transmitidos a lo largo de generaciones. Es lo que nos define y nos da un sentido de pertenencia. Sin embargo, vivimos en un mundo en el que la globalización ha transformado la manera en que las culturas interactúan. Si bien esta interconexión ha traído avances en la tecnología, comunicación y acceso a información, también ha generado una preocupación por pérdida de tradiciones, costumbres y la manera como nos identificamos hoy. Es fundamental encontrar un equilibrio y aprovechar los beneficios de la globalización y preservar nuestras raíces. Las comunidades deben adaptarse a los cambios sin perder su esencia, promoviendo el respeto por la diversidad y fortalecer el conocimiento de sus costumbres. La educación puede ser una herramienta clave para lograrlo. Yo creo que la cultura no debe verse como algo estático, sino como algo en constante evolución que se enriquece con el contacto de otras tradiciones. Si cada persona valora y protege su identidad cultural, podemos crear un mundo en el que la diversidad sea fundamental y no una amenaza como lo es hoy. Solo así lograremos que nuestras raíces perduren.