El video trata sobre la importancia de tener un método de estudio efectivo, destacando no solo cuál es la mejor manera de aplicarlo, sino también ilustrando ejemplos claros de buenos y malos hábitos al estudiar. Se enfatiza que no basta con estudiar por estudiar; la clave está en cómo se estudia. Uno de los aspectos fundamentales mencionados es la elección de un buen lugar para estudiar. Esto implica buscar un entorno libre de distracciones, donde la atención esté plenamente dirigida al aprendizaje. La finalidad de este paso no es solo facilitar la concentración, sino también promover una mejor captación de la información, de modo que esta pueda ser retenida en la memoria a largo plazo.
Como segundo paso, el video sugiere dividir el tiempo de estudio en bloques de 50 minutos, seguidos de una pausa de 10 minutos. Este método, basado en estudios sobre la atención y el rendimiento cognitivo, ayuda a mantener el cerebro oxigenado y permite repasar lo aprendido, lo cual fortalece la consolidación de la información. Estas pausas activas no solo previenen la fatiga mental, sino que también optimizan el proceso de memorización.
Otro consejo relevante que se menciona es evitar pensar en otras cosas mientras se estudia. La concentración plena es esencial para un aprendizaje efectivo. Sin embargo, también se propone un recurso muy útil, que es utilizar la imaginación para crear imágenes mentales relacionadas con el contenido. Este enfoque estimula la comprensión y favorece el recuerdo, ya que asociar ideas con imágenes facilita la codificación de la información en el cerebro.
En conclusión, el video invita a reflexionar sobre la manera en que estudiamos. Muchas veces dedicamos horas al estudio sin una estrategia clara, lo que puede resultar poco eficiente. Por ello, es importante adoptar un método que se adapte a nuestras necesidades, como el descrito en el video u otro que demuestre ser funcional, con el fin de lograr que los conocimientos adquiridos se almacenen de forma duradera en la memoria a largo plazo.