si los exámenes desaparecieran, sería una oportunidad para demostrar el aprendizaje de una forma más auténtica y significativa. Considero que trabajar en proyectos, resolver problemas reales o explicar un tema a otros permite evidenciar una comprensión más profunda. Además, se valoraría la creatividad, el pensamiento crítico y las habilidades prácticas, que a menudo los exámenes tradicionales no logran medir. Me parece importante avanzar hacia una evaluación más justa e integral, que respete los diferentes ritmos y estilos de aprendizaje de cada estudiante.