Si los exámenes desaparecieran mañana, podría demostrar que realmente he aprendido a través de la aplicación práctica de los conocimientos. Por ejemplo, explicando un tema con claridad a otra persona, resolviendo problemas reales relacionados con lo que aprendí, o creando un proyecto, presentación o producto que refleje lo que sé. El verdadero aprendizaje se nota cuando puedo usar lo aprendido de manera útil, no solo cuando lo memorizo para una prueba. Además, otras formas como debates, portafolios, autoevaluaciones o trabajos colaborativos pueden mostrar lo que realmente he comprendido y cómo lo conecto con otras ideas.