Sí, definitivamente. Aunque las actividades recreativas nos ayudan a relajarnos y sentirnos bien, cuando se vuelven excesivas pueden convertirse en una distracción importante. Es fácil caer en la trampa de posponer tareas académicas porque "aún hay tiempo" o porque "me lo merezco después de tanto estrés". Y claro, descansar es necesario, pero si no se equilibra con responsabilidad, ese descanso puede terminar siendo una forma de evasión.
Por ejemplo, uno puede decir: "Voy a jugar solo media hora", y cuando te das cuenta, han pasado dos o tres horas. O pasa con redes sociales, series, salidas constantes… todo eso da placer inmediato, mientras que estudiar muchas veces no. El problema es que a largo plazo, ese disfrute momentáneo puede hacer que no avancemos, que sintamos culpa o frustración después, y eso se acumula.
Por ejemplo, uno puede decir: "Voy a jugar solo media hora", y cuando te das cuenta, han pasado dos o tres horas. O pasa con redes sociales, series, salidas constantes… todo eso da placer inmediato, mientras que estudiar muchas veces no. El problema es que a largo plazo, ese disfrute momentáneo puede hacer que no avancemos, que sintamos culpa o frustración después, y eso se acumula.