La importancia de los componentes de la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud) radica en su enfoque integral y biopsicosocial para evaluar la salud y la discapacidad.
- Enfoque holístico: Combina aspectos médicos, personales y sociales.
- Funcionamiento: Evalúa funciones corporales y estructuras anatómicas.
- Actividades y participación: Analiza capacidades y desempeño en la vida diaria.
- Factores ambientales: Considera barreras y facilitadores del entorno.
- Personalización: Permite adaptar intervenciones a necesidades individuales.
- Universalidad: Aplicable en salud, educación y políticas públicas.
- Lenguaje común: Facilita comunicación entre profesionales.
- Rehabilitación: Orienta terapias para mejorar calidad de vida.
- Inclusión social: Promueve derechos de personas con discapacidad.
- Investigación: Estándariza datos para estudios comparativos.
- Políticas públicas: Base para leyes y programas inclusivos.
- Prevención: Identifica riesgos y oportunidades de intervención temprana.
- Empoderamiento: Fomenta autonomía del paciente.
- Equidad: Reduce estigmas y desigualdades en salud.
- Adaptabilidad: Útil en contextos clínicos, educativos y laborales.
La CIF transforma la percepción de la discapacidad, enfatizando potencialidades sobre limitaciones.