La intervención fisioterapéutica es un proceso clínico estructurado que busca prevenir, tratar y rehabilitar alteraciones del movimiento y la función física en personas con diversas condiciones de salud. Se basa en la evaluación individualizada del paciente, seguida del diseño y aplicación de un plan terapéutico con técnicas como ejercicios terapéuticos, terapia manual, electroterapia, educación para la salud y entrenamiento funcional. Su enfoque no solo es curativo, sino también preventivo, ya que contribuye a evitar complicaciones secundarias y promover hábitos de vida saludables. La fisioterapia mejora la movilidad, reduce el dolor, optimiza la funcionalidad y favorece la independencia en las actividades diarias. Es esencial en procesos de rehabilitación postoperatoria, lesiones deportivas, enfermedades neurológicas, respiratorias, musculoesqueléticas y crónicas como la artritis o la EPOC. También cumple un rol fundamental en la atención temprana, geriatría y cuidados paliativos. Su impacto va más allá del ámbito clínico, pues contribuye a la calidad de vida, al bienestar emocional y a la inclusión social del paciente. Además, disminuye los costos sanitarios al reducir la necesidad de intervenciones médicas más complejas. La participación activa del paciente en su recuperación es un principio clave. Esta intervención se adapta al entorno, las capacidades y los objetivos personales de cada individuo. En palabras de la Confederación Mundial por la Fisioterapia: “La fisioterapia proporciona servicios que desarrollan, mantienen y restauran el máximo movimiento y capacidad funcional de las personas a lo largo de su vida” (World Physiotherapy, 2021).
Fuente:
World Physiotherapy. (2021).Policy statement: Description of physical therapy. Disponible en: https://world.physio/policy/ps-description-physical-therapy