El diagnóstico fisioterapéutico es un proceso fundamental que permite al fisioterapeuta valorar la función y establecer un plan terapéutico adecuado centrado en la recuperación funcional del paciente. A diferencia del diagnóstico médico, que se basa en las etiquetas y sub-etiquetas de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), el diagnóstico en fisioterapia se orienta hacia la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud (CIF), poniendo énfasis en funciones corporales, actividades de la vida diaria y participación, así como en la prevención de la discapacidad.
Este diagnóstico comienza con una correcta anamnesis, revisión de la historia clínica y farmacológica, y un examen físico minucioso que incluye pruebas funcionales como rango de movimiento (ROM), fuerza, control motor, equilibrio y sensibilidad. El fisioterapeuta debe realizar un diagnóstico diferencial riguroso, correlacionando los hallazgos clínicos con pruebas complementarias cuando sea necesario, siempre basándose en su juicio crítico más que en la tecnología o pruebas diagnósticas.
Además, el diagnóstico en fisioterapia no solo sirve para establecer un plan terapéutico basado en evidencias y datos objetivos, sino que también es un proceso de comunicación con el paciente, mejorando su comprensión del tratamiento y ofreciendo garantías de seguridad clínica el cual debe estar estrechamente vinculado a la terapéutica que se aplicará, considerando las modalidades multimodales de tratamiento propias de la fisioterapia, como la educación, el ejercicio físico y la terapia manual, junto con otras técnicas como electroestimulación o termoterapia.
BIBLIOGRAFÍA
González, J. Á., Il·lustre Col·legi Oficial de Fisioterapeutes de la Comunitat Valenciana. (2024). El diagnóstico en Fisioterapia. XX(1), 6-7. https://www.colfisiocv.com/sites/default/files/revistas/FAD%20Marzo%202024_0.pdf