La vulnerabilidad de la mujer: una perspectiva humanizada
Fecha: 03 de mayo de 2025
A veces uno piensa que la justicia es como una balanza perfecta, pero la verdad es que en la vida real no siempre funciona así. En Ecuador, las leyes están pensadas para proteger a los grupos vulnerables como las mujeres, y claro, eso está bien porque históricamente han sido víctimas de muchas injusticias, y todavía lo son en muchos casos, pero también hay algo que no se puede dejar de lado y es cuando esa protección se convierte en una herramienta mal usada, empieza a hacer daño a otras personas.
Como decía el artículo, hay hombres que están siendo acusados injustamente en temas familiares o de pareja, no se trata de decir que las mujeres no deben ser protegidas, ni mucho menos, pero sí de que también hay hombres que terminan siendo víctimas de un sistema que, a veces, se deja llevar por estereotipos o por presunciones que no siempre se basan en los hechos.
Yo creo que en el fondo de todo esto está la idea de justicia real, esa que debería ver a cada persona con sus circunstancias y no por el grupo al que pertenece. No se trata de que la ley sea ciega, sino que vea con claridad, que pueda decir aquí hay una persona que necesita ayuda, pero también acá hay otra que está siendo señalada injustamente, porque una denuncia falsa puede destrozar vidas, y eso también es violencia.
No hay que tener miedo de hablar de estas cosas, a veces, por querer proteger a unos, se termina lastimando a otros, y si no somos capaces de ver eso, entonces la justicia deja de ser justa.
Las leyes tienen que evolucionar, pero también nuestra forma de aplicarlas, no podemos seguir con un sistema que repite patrones o se queda en extremos, la verdadera igualdad no es poner a uno por encima del otro, sino caminar juntos sin aplastar al de al lado. El equilibrio, como decía Santo Tomás, es darle a cada quien lo que le corresponde. Ni más, ni menos.