Identificar un problema de investigación significa reconocer una situación real que plantea una necesidad de comprensión, análisis o solución, y que puede abordarse mediante un estudio sistemático. Este proceso requiere observar cuidadosamente el entorno, revisar literatura actualizada y confiable, y detectar vacíos de conocimiento, contradicciones teóricas o fenómenos poco explorados. Un buen problema de investigación debe ser específico, relevante y viable, es decir, debe poder investigarse con los recursos disponibles y dentro de un tiempo determinado. Además, debe tener importancia académica, científica o social, de modo que su análisis contribuya al avance del conocimiento o a la mejora de una situación concreta. Solo cuando el problema está bien planteado, con claridad y enfoque, se puede formular una pregunta de investigación que guíe todo el estudio de forma coherente y efectiva.