Yo considero que al momento de revisar los fundamentos teóricos de la bioética, empezaron a surgir varios conflictos personales que no esperábamos, nos dimos cuenta de que algunas de las ideas y principios básicos de la bioética, como respetar siempre la autonomía de las personas, actuar con justicia, hacer el bien y no causar daño, a veces chocaban con nuestras propias creencias, valores personales o formas de ver la vida. Hubo momentos en que nos preguntábamos si en situaciones reales sería tan sencillo aplicar lo que dicen los libros, porque en la vida real las decisiones éticas suelen ser mucho más complicadas.

En general, revisar estos fundamentos no solo nos dio herramientas teóricas, sino que también nos hizo ver que actuar de manera ética implica en muchos casos enfrentar nuestros propios prejuicios, emociones y dudas. Aprendimos que ser ético no siempre es sencillo y que muchas veces exige un esfuerzo consciente por entender, respetar y valorar a las otras personas, incluso cuando sus decisiones o situaciones son muy diferentes a lo que nosotros pensamos o sentimos