Una persona que vive este tipo de control en su relación puede sufrir graves consecuencias emocionales. Primero, suele experimentar una disminución de la autoestima, ya que constantemente recibe mensajes que le hacen sentir que no vale lo suficiente o que no puede valerse por sí misma. Esto genera inseguridad, culpa y miedo constante a fallar o perder al otro, incluso si la relación es dañina.