Sí, la ciencia puede y debe avanzar sin sacrificar vidas animales. Hoy existen métodos más modernos y éticos, como simulaciones por computadora, cultivos de células humanas y órganos artificiales, que dan resultados incluso más precisos que los experimentos con animales. Además, muchos de estos avances son más baratos y rápidos y cabe recalcar que la verdadera innovación científica no debería depender del maltrato, sino del ingenio humano, razón por la cual los animales no son herramientas desechables; son seres que sienten dolor, y nuestra sociedad debe dejar atrás prácticas que los traten como si no importar.
Por eso, estoy firmemente en contra de la experimentación con animales porque hoy contamos con alternativas más éticas y efectivas. Estas opciones, representan el verdadero progreso científico: uno que no sacrifica vidas inocentes. Por eso, si disponemos de soluciones tecnológicas avanzadas que hacen obsoleta la crueldad animal, no existe justificación moral ni científica para mantener estas prácticas arcaicas. Por lo tanto, puedo decir, que el futuro de la investigación debe basarse en la innovación responsable, donde el avance médico y el respeto por la vida vayan de la mano.