¿Qué es un seguro de gastos mayores, cómo funciona y qué cubre?
Los seguros de gastos médicos mayores son instrumentos diseñados para proteger el patrimonio familiar ante eventualidades médicas de alto costo. A diferencia de los seguros de salud convencionales, estos se enfocan específicamente en tratamientos, cirugías o condiciones médicas cuyo impacto económico podría ser devastador para una familia promedio. Funcionan mediante el pago de una prima periódica que, en caso de una emergencia médica significativa, permite acceder a coberturas que pueden alcanzar montos considerables.
Lo que me resulta particularmente interesante es la dualidad que estos seguros representan en sociedades como la ecuatoriana. Por un lado, ofrecen una red de seguridad invaluable para quienes pueden costearlos; por otro, su existencia misma evidencia las debilidades estructurales de los sistemas de salud pública que deberían, idealmente, garantizar atención de calidad a todos los ciudadanos independientemente de su capacidad económica.
Las coberturas típicas de estos seguros son : hospitalización prolongada, cirugías complejas, tratamientos oncológicos, trasplantes de órganos, corresponden precisamente a aquellas áreas donde los sistemas públicos suelen presentar mayores deficiencias: listas de espera prolongadas, falta de especialistas o carencia de equipamiento de última generación. Esta realidad plantea interrogantes sobre el modelo de sociedad que construimos cuando la protección contra catástrofes médicas queda sujeta a la capacidad adquisitiva individual.
Desde mi perspectiva, si bien los seguros de gastos mayores representan una solución práctica e inmediata para familias que buscan protección, no deberíamos perder de vista que su proliferación puede normalizar un sistema de salud de dos velocidades: uno ágil y completo para quienes pueden pagar coberturas privadas, y otro con limitaciones significativas para quienes dependen exclusivamente del sistema público.
La decisión de contratar un seguro de este tipo es, sin duda, prudente a nivel individual, pero colectivamente deberíamos aspirar a sistemas de salud que vuelvan innecesaria esta previsión adicional. Mientras tanto, la educación financiera sobre estas opciones resulta fundamental, pues permite a las familias tomar decisiones informadas considerando factores como exclusiones, deducibles, períodos de carencia y límites de cobertura.
En conclusión, los seguros de gastos médicos mayores representan una solución pragmática ante la realidad actual de nuestros sistemas sanitarios, pero su necesidad misma debería motivarnos a repensar modelos de protección social más equitativos y universales. La verdadera tranquilidad no debería provenir de una póliza, sino de la certeza de que ningún ciudadano quedará desprotegido ante una emergencia médica, independientemente de su condición socioeconómica.