El pensamiento sistémico es la habilidad de resolver problemas dentro de un sistema complejo, tomando una perspectiva que tiene en cuenta la totalidad del sistema y analizando la interacción de sus partes.
Ejemplo de pensamiento sistémico en la reparación de un motor:
Carlos notó que su auto perdía potencia y hacía ruidos extraños. En lugar de solo cambiar la bujía dañada, aplicó pensamiento sistémico: revisó cómo el filtro de aire sucio, el aceite vencido y la falta de mantenimiento afectaban al sistema completo del motor.
Al entender las conexiones entre las partes, no solo solucionó la falla, sino que mejoró el rendimiento general del auto y previno futuros problemas.