En mi opinión, las instituciones educativas tienen una gran responsabilidad en la prevención y atención del acoso hacia los docentes, porque deben garantizar que el ambiente de trabajo sea seguro y respetuoso. No deberían permitir que situaciones de violencia se normalicen, ya que eso afecta directamente al bienestar de los maestros y a la calidad de la educación. Considero que los directivos deben estar atentos a cualquier señal de maltrato y actuar de manera inmediata para proteger a los docentes, mostrando que en su institución no se tolera ninguna forma de acoso.

Para proteger a los docentes, las instituciones deberían implementar medidas claras como la creación de protocolos para prevenir, denunciar y atender casos de acoso. También es importante ofrecer apoyo psicológico y asesoría legal a los maestros afectados. Además, se debe fomentar un ambiente de respeto, diálogo y convivencia entre todos los miembros de la comunidad educativa, para construir un espacio donde todos se sientan valorados y protegidos.