Las instituciones educativas tienen la responsabilidad de prevenir y atender el acoso hacia los docentes mediante la implementación de políticas claras de respeto, diálogo y convivencia. Deben crear canales de denuncia seguros, brindar acompañamiento psicológico y legal al personal afectado, y fomentar una cultura de apoyo entre colegas. Como medidas concretas, se deben establecer protocolos claros de prevención, capacitar a toda la comunidad educativa en la detección y atención del acoso, sancionar adecuadamente las conductas inapropiadas y generar espacios seguros y saludables para el trabajo docente.