La perspectiva es una herramienta visual fundamental en el desarrollo de propuestas de diseño, ya que permite representar la tridimensionalidad en un espacio bidimensional, creando así una sensación de profundidad y realismo. Su uso correcto da vida a los elementos de un proyecto, añade dinamismo y ayuda al observador a interpretar el mensaje visual de forma más clara y atractiva.
Una de las ventajas más importantes de la perspectiva es que dirige la atención del observador hacia los puntos importantes del dibujo. Mediante el uso de líneas y puntos de fuga, el diseñador puede dirigir la mirada, facilitar la interpretación visual y resaltar los elementos más importantes del mensaje.
Además, la perspectiva permite comunicar emociones según el ángulo elegido. Por ejemplo, una vista inferior puede transmitir grandeza o poder, mientras que una vista superior refleja vulnerabilidad o insignificancia. Se convierte así en una herramienta expresiva que complementa el contenido gráfico.
También influye en la estructura compositiva del proyecto, contribuyendo a la organización visual de los elementos y aportando equilibrio o tensión según el mensaje. Su uso correcto ayuda a mantener la coherencia visual de toda la propuesta.