Desde mi perspectiva, la ética es una rama de la filosofía que surgió en la antigüedad con el propósito de orientar y regular la conducta humana dentro de la sociedad. Su función principal es promover el orden social mediante la creación de normas y principios que fomenten el respeto, la equidad y la convivencia armónica. Estas normas buscan establecer límites claros entre lo correcto e incorrecto, garantizando así una base común para las relaciones sociales.
Por otro lado, la moral se refiere a los valores, creencias y normas que nos son transmitidos principalmente en el entorno familiar, y que varían según la crianza, el contexto cultural, la región o las tradiciones propias de cada grupo. Aunque dos personas vivan en la misma sociedad, sus principios morales pueden diferir, ya que están fuertemente influenciados por sus experiencias personales. Aun así, la moral cumple una función fundamental al guiar nuestras decisiones y comportamientos cotidianos, moldeando nuestra forma de actuar frente a los demás.