Desde mi punto de vista, la ética y la moral son conceptos relacionados pero distintos, cuya diferencia es clave en el campo de la bioética y la deontología. La moral se refiere al conjunto de valores, creencias y normas que una persona o una sociedad considera correctas, es decir, lo que cada individuo cree que está bien o mal según su experiencia, entorno y cultura. En cambio, la ética es una reflexión más profunda y racional sobre esos valores, buscando determinar si realmente son correctos desde un punto de vista más universal. Mientras la moral puede ser subjetiva y variar entre culturas o personas, la ética intenta establecer principios más objetivos y aplicables a distintas situaciones, especialmente en profesiones donde están en juego la vida, la dignidad y el bienestar humano. Por eso, considero que la ética es fundamental para guiar nuestras acciones de manera justa y consciente, especialmente cuando enfrentamos dilemas que van más allá de nuestras creencias personales.