Como es de conocimiento general, las mujeres en el Ecuador viven una situación compleja en cuanto a la igualdad de derechos frente a los hombres se refiere; históricamente han sido marginadas por la sociedad tanto en materia social, política como económica, limitadas a realizar tareas que tienen que ver con la crianza y el cuidado del hogar.
Pero gracias al esfuerzo de valientes mujeres de nuestro país como Matilde Hidalgo de Procel, la primera mujer en sufragar en el Ecuador y en América Latina en 1924, y otras mujeres como Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña que lucharon incansablemente por los derechos de los pueblos y mujeres indígenas, fue que en el Ecuador se empezaron a generar cambios en materia de ley a favor de los derechos de las mujeres. Hoy en día, las mujeres ecuatorianas son el principal motor que mueve al país, pero a pesar de aquello, sigue existiendo una significativa brecha de desigualdad entre los hombres y mujeres, siendo uno de los aspectos más destacables el económico: mujeres que hacen el mismo trabajo e incluso con más horas laborables que los hombres, ganan menos. Es aquí donde la Ley Orgánica para impulsar la economía de las mujeres emprendedoras nace como una respuesta a la desigualdad económica que vivimos en nuestros tiempos.
Una ley que impulsa a las mujeres a emprender, a formar negocios y empresas con el objetivo de empoderarlas y que sean totalmente independientes, con incentivos y beneficios que facilitan dicho proceso como por ejemplo facilidades para acceder a servicios financieros: créditos preferenciales, tasas de interés reducidas y plazos flexibles que permitan a las mujeres acceder de manera más sencillas a estos servicios. En cuanto a su cumplimiento, está a cargo de la Superintendencia de Bancos y la Superintendencia de Economía popular y solidaria.
También se contempla dentro de la misma la exención de impuestos en bienes y productos comercializados, así como la exoneración del impuesto a la renta. Incluye además la simplificación de tramites y exoneración de pagos administrativos.
Pero uno de los puntos más relevantes a mi juicio es la Regulación para impulsar la Educación y Capacitación de Mujeres Emprendedoras, misma que facilita el ingreso de las mujeres emprendedoras a la educación superior, el acceso a becas, a la educación financiera y a capacitaciones continuas en carreras relacionadas con la Administración y liderazgo empresarial.
Todo este conjunto de mejoras va a permitir que las mujeres puedan crear y dirigir sus negocios y emprendimientos de manera más sencilla, educarse y capacitarse en el ámbito empresarial para que puedan desempeñarse correctamente dentro del mundo empresarial, creando así mujeres referentes en los negocios, no empleadas, no subordinadas, no dependientes, mujeres libres y capaces de cualquier cosa que se propongan.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS