Valoración Específica del Sistema Musculoesquelético

Valoración Específica del Sistema Musculoesquelético

de CRUZ TRAVEZ ERIKA VANESSA -
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La valoración específica del sistema musculoesquelético integra un proceso clínico sistemático que permite identificar disfunciones, lesiones o alteraciones en los músculos, huesos, articulaciones y tejidos blandos. Esta evaluación comienza con una anamnesis detallada, donde se indaga el motivo de consulta, cronología de los síntomas asociados como parestesias o debilidad, localización e irradiación del dolor. También se consideran los antecedentes personales, laborales y deportivos del paciente, ya que influyen directamente en el riesgo y tipo de lesiones.

Posteriormente, se realiza la inspección física, observando la postura estática y dinámica del paciente, la simetría corporal, el patrón de marcha y cualquier anormalidad visible como inflamación, atrofia muscular, deformidades articulares o cambios de coloración en la piel. Esta observación se complementa con la palpación, que permite identificar áreas dolorosas, espasmos musculares, contracturas, temperatura local aumentada es un signo inflamatorio, crepitaciones o laxitud articular.

Un componente clave de la valoración es la evaluación del rango de movimiento (ROM), tanto activo como pasivo. El paciente realiza los movimientos voluntariamente en la evaluación activa, mientras que en la pasiva, el examinador moviliza la articulación. Se mide mediante goniómetros y se compara bilateralmente para detectar limitaciones. A continuación, se evalúa la fuerza muscular mediante el testing muscular manual (TMM), generalmente usando la escala de Daniels, que va de 0 (sin contracción) a 5 (fuerza normal contra resistencia completa). Esta valoración permite detectar debilidad, atrofia, o lesiones neuromusculares.

La exploración clínica incluye también pruebas especiales específicas para cada región corporal, que ayudan a identificar estructuras lesionadas o comprometidas. Por ejemplo, en la columna cervical se utilizan las pruebas de Spurling y Lhermitte; en el hombro, las de Neer, Hawkins o Jobe; y en la muñeca, la prueba de Finkelstein para diagnosticar tendinitis de De Quervain. En la rodilla, se emplean pruebas como Lachman, McMurray y el cajón anterior/posterior para evaluar la integridad ligamentaria y meniscal.

La valoración puede complementarse con pruebas de imagen y funcionales, como radiografías para el análisis óseo, resonancia magnética para tejidos blandos, ecografía musculoesquelética para tendones y ligamentos, y densitometría ósea para evaluar la masa ósea. Además, se utilizan test funcionales (como el TUG, el test de 6 minutos marcha o cuestionarios como el Oswestry, DASH o WOMAC) para medir la capacidad funcional en actividades de la vida diaria.

Referencia Bibliográfica

  1. Gomero-Cuadra R, Huapaya-Paredes C. La valoración músculo-esquelética y la evaluación médica ocupacional. Rev Medica Hered [Internet]. 2022 [citado el 12 de abril de 2025];28(2):131. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1018-130X2017000200012 
  2. LibreTexts Español. Evaluación musculoesquelética [Internet]. Libretexts; 2022 [citado el 12 de abril de 2025]. Disponible en: https://espanol.libretexts.org/Salud/Enfermeria/Habilidades_de_Enfermer%C3%ADa_(OpenRN)/13%3A_Evaluaci%C3%B3n_musculoesquel%C3%A9tica/13.04%3A_Evaluaci%C3%B3n_musculoesquel%C3%A9tica