Fecha de la Noticia: 02 de Abril del 2025
REFLEXIÓN:
La presente noticia acerca de la incapacidad de México para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944 debido a la grave sequía que existe en el norte del país es más que un simple conflicto diplomático; es un síntoma de una crisis ambiental que ya no puede ignorarse, y que esta afectando como tal a todo el Mundo.
Lo que antes eran acuerdos bilaterales estables, hoy están siendo puestos a prueba debido al cambio climático, la sobreexplotación de recursos y también por la creciente presión sobre sectores agrícolas en ambos lados de la frontera, más allá del malestar político y los reclamos de Estados Unidos, la situación evidencia que el modelo actual de gestión del agua está al borde del colapso, y una ves mas podemos evidenciar que este tipo de crisis ambientales, como lo es la sequía, no entiende de tratados ni fronteras, y su impacto trasciende lo económico: pone en riesgo el sustento de miles de agricultores, la seguridad alimentaria y la estabilidad regional. Los datos de las represas al 12% o 21% de su capacidad son alarmantes y reflejan una urgencia que no se puede resolver con discursos ni medidas punitivas.
Esta situación nos obliga a reflexionar sobre qué tipo de cooperación internacional necesitamos en el contexto del cambio climático. No se trata solo de exigir responsabilidades, sino de crear mecanismos flexibles, justos y humanos que consideren las realidades locales. Si no hay agua, no puede haber cumplimiento, y si no hay entendimiento mutuo, no habrá solución sostenible.