La agricultura moderna tiene tanto aspectos positivos como negativos para el planeta. Por un lado, ha permitido aumentar la producción de alimentos para una población mundial en crecimiento, gracias al uso de maquinaria, fertilizantes y tecnologías avanzadas. Esto ha mejorado la seguridad alimentaria en muchas regiones del mundo.
Sin embargo, también ha generado impactos negativos. El uso excesivo de pesticidas y fertilizantes químicos puede contaminar suelos y aguas, mientras que la deforestación para ampliar terrenos agrícolas contribuye al cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Además, muchas prácticas agrícolas modernas agotan los recursos naturales y degradan los ecosistemas.
Por lo tanto, aunque la agricultura moderna ha traído beneficios importantes, es fundamental buscar un equilibrio mediante prácticas más sostenibles que protejan el medio ambiente a largo plazo.
Sin embargo, también ha generado impactos negativos. El uso excesivo de pesticidas y fertilizantes químicos puede contaminar suelos y aguas, mientras que la deforestación para ampliar terrenos agrícolas contribuye al cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Además, muchas prácticas agrícolas modernas agotan los recursos naturales y degradan los ecosistemas.
Por lo tanto, aunque la agricultura moderna ha traído beneficios importantes, es fundamental buscar un equilibrio mediante prácticas más sostenibles que protejan el medio ambiente a largo plazo.