Considero que no, ya que, en gran medida la agricultura moderna está perjudicando al planeta, a pesar de sus beneficios en términos de producción y eficiencia. Uno de los principales problemas radica en el uso intensivo de agroquímicos como fertilizantes y pesticidas, que si bien aumentan el rendimiento de los cultivos, también generan contaminación del suelo, de las aguas subterráneas y de los ecosistemas acuáticos cercanos.
Además, la expansión de monocultivos y la deforestación para crear terrenos agrícolas han provocado una pérdida considerable de biodiversidad. Muchas especies de plantas, insectos y animales han sido desplazadas o llevadas al borde de la extinción. Esta pérdida no solo es ecológicamente preocupante, sino que también afecta la resiliencia de los ecosistemas ante el cambio climático.
La agricultura industrial también contribuye de forma significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero. El uso de maquinaria pesada, la producción de fertilizantes sintéticos y la ganadería intensiva (particularmente el metano producido por el ganado) son factores que agravan el calentamiento global.
Si bien no se puede negar que la agricultura moderna ha permitido alimentar a una población mundial en crecimiento, el costo ambiental de estas prácticas es muy alto. Por ello, es urgente transitar hacia un modelo de agricultura sostenible que combine la tecnología con el respeto por los ciclos naturales y el equilibrio ecológico.
Además, la expansión de monocultivos y la deforestación para crear terrenos agrícolas han provocado una pérdida considerable de biodiversidad. Muchas especies de plantas, insectos y animales han sido desplazadas o llevadas al borde de la extinción. Esta pérdida no solo es ecológicamente preocupante, sino que también afecta la resiliencia de los ecosistemas ante el cambio climático.
La agricultura industrial también contribuye de forma significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero. El uso de maquinaria pesada, la producción de fertilizantes sintéticos y la ganadería intensiva (particularmente el metano producido por el ganado) son factores que agravan el calentamiento global.
Si bien no se puede negar que la agricultura moderna ha permitido alimentar a una población mundial en crecimiento, el costo ambiental de estas prácticas es muy alto. Por ello, es urgente transitar hacia un modelo de agricultura sostenible que combine la tecnología con el respeto por los ciclos naturales y el equilibrio ecológico.