La gestión financiera es fundamental porque permite a las empresas administrar sus recursos económicos de manera eficiente, garantizando su estabilidad, crecimiento y rentabilidad. A través de una buena planificación financiera, las organizaciones pueden optimizar sus ingresos, controlar sus gastos y tomar decisiones estratégicas que les permitan invertir en oportunidades de crecimiento sin poner en riesgo su liquidez. Además, ayuda a minimizar riesgos financieros al anticipar posibles problemas económicos y establecer medidas preventivas.