La gestión financiera es un proceso clave en la administración de cualquier empresa, ya que permite optimizar el uso de los recursos económicos para garantizar su sostenibilidad y crecimiento. Este proceso abarca la obtención, asignación y utilización eficiente de los fondos disponibles, lo que permite a la empresa enfrentar situaciones imprevistas y mantenerse competitiva en el mercado. El departamento de finanzas, bajo la dirección del CFO, debe diseñar estrategias que equilibren la rentabilidad con la estabilidad financiera. Entre sus objetivos principales está proporcionar estabilidad económica para alcanzar las metas comerciales, maximizando la rentabilidad y minimizando costos. También se encarga de proteger los activos de la empresa, identificando y gestionando los riesgos financieros, además de atraer nuevo capital que impulse el crecimiento. Otro aspecto clave es garantizar la liquidez necesaria para cumplir con las obligaciones financieras, asegurando la operatividad del negocio. Asimismo, la gestión financiera implica la planificación de estrategias de inversión a largo plazo, basadas en datos y proyecciones económicas que permitan anticiparse a posibles escenarios.
Finalmente, la transparencia en la comunicación con los stakeholders y el cumplimiento de las normativas financieras son esenciales para evitar sanciones y proteger la reputación de la empresa, consolidando así su estabilidad y crecimiento sostenible.