Entiendo que tu experiencia en la construcción y la albañilería te haya enseñado mucho sobre arquitectura, pero creo que la arquitectura no se aprende solo con la práctica, sino también con el conocimiento teórico, la historia y los fundamentos del diseño. Saber construir es valioso, pero no lo es todo.
La arquitectura no se trata únicamente de levantar estructuras o hacer espacios funcionales, sino de entender el contexto, la cultura y la innovación. Por ejemplo, mencionas la Iglesia de La Merced como una influencia, pero para diseñar algo así no basta con observar sus detalles: hay que comprender su estructura, los principios de diseño gótico o barroco, la proporción y la relación con el entorno.
Además, aunque la necesidad puede llevarnos a aprender por cuenta propia, el aprendizaje formal en arquitectura permite desarrollar una visión más amplia y propositiva. No se trata solo de resolver problemas básicos como refugiarse de la lluvia o el frío, sino de imaginar nuevos espacios, explorar materiales innovadores y generar soluciones más allá de lo tradicional.
Por eso, creo que aunque tu experiencia práctica es muy valiosa, depender solo de ella puede limitar el desarrollo de un arquitecto. La arquitectura no solo se construye con las manos, sino también con el pensamiento crítico y la creatividad, que se fortalecen con la educación formal y la teoría.
La arquitectura no se trata únicamente de levantar estructuras o hacer espacios funcionales, sino de entender el contexto, la cultura y la innovación. Por ejemplo, mencionas la Iglesia de La Merced como una influencia, pero para diseñar algo así no basta con observar sus detalles: hay que comprender su estructura, los principios de diseño gótico o barroco, la proporción y la relación con el entorno.
Además, aunque la necesidad puede llevarnos a aprender por cuenta propia, el aprendizaje formal en arquitectura permite desarrollar una visión más amplia y propositiva. No se trata solo de resolver problemas básicos como refugiarse de la lluvia o el frío, sino de imaginar nuevos espacios, explorar materiales innovadores y generar soluciones más allá de lo tradicional.
Por eso, creo que aunque tu experiencia práctica es muy valiosa, depender solo de ella puede limitar el desarrollo de un arquitecto. La arquitectura no solo se construye con las manos, sino también con el pensamiento crítico y la creatividad, que se fortalecen con la educación formal y la teoría.