En todos los casos, para investigar sobre un tema, es crucial que nos ubiquemos en el campo de estudio pertinente y conozcamos, poco a poco, qué se sabe sobre el tema elegido, qué han dicho los especialistas o las autoridades en dicho campo, qué preguntas han sido respondidas ya y cuáles esperan aún una solución, etc. Esto nos permitirá elaborar, más adelante, el estado de la cuestión o estado del arte de nuestra investigación. Solo conociendo el tema nos aseguraremos de estar en el camino adecuado y no en uno ya muchas veces recorrido, pero sin éxito.
¿Cómo debe ser mi búsqueda de fuentes de información?
- Primero amplia y, luego, cada vez más fina: Conforme vaya quedando acotado el tema y el alcance de la investigación, la búsqueda deberá cada vez ser más fina y, en esa medida, especializada.
- Variada: No debe limitarse a un solo autor ni mucho menos a un solo texto, pues ello podría producir una visión sumamente limitada y sesgada del asunto por tratar.
- Constante: Deben buscarse fuentes por un tiempo más o menos amplio durante la preparación y desarrollo de la investigación.
- Basada en criterios: No debe ser una búsqueda indiscriminada sino basada en criterios, como la notoriedad de los autores consultados, la calidad académica de los textos, la actualidad de la publicación, la fuente en que se encuentra el texto leído, etc.
En cuanto al aspecto formal, es importante que las fuentes consultadas sean correctamente consignadas en la bibliografía mediante el uso de las Normas APA séptima Edición.
Planificación
Una vez que se ha elaborado el plan de trabajo o plan de investigación, se podrá pasar a la etapa de ejecución. En ella, el investigador deberá profundizar en la consulta y el análisis de las fuentes de información, a la luz de los objetivos planteados, con el fin de poner a prueba la hipótesis. Asimismo, en aquellos casos en donde corresponda, la ejecución de la investigación supondrá, también, la realización de trabajo empírico.