Es el proceso mediante el cual el individuo ajusta su pensamiento y comportamiento para interactuar eficazmente con su entorno, y se compone de dos mecanismos clave: la asimilación, que consiste en incorporar nueva información a esquemas mentales ya existentes, y la acomodación, que implica modificar esos esquemas o crear nuevos cuando la información es demasiado diferente; ambos procesos trabajan juntos para lograr un equilibrio cognitivo, lo que permite al ser humano comprender y responder mejor a nuevas experiencias, haciendo de la adaptación un elemento esencial en el desarrollo del conocimiento.