Los modelos probabilísticos son herramientas cuantitativas que permiten incorporar y gestionar la incertidumbre en el análisis y formulación de políticas económicas. Para entidades como el Banco Central del Ecuador (BCE) o el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), estos modelos ofrecen una base rigurosa para tomar decisiones más informadas, evaluar riesgos macroeconómicos y diseñar estrategias de política económica con mayor solidez.
En el caso del BCE, un modelo probabilístico puede ser utilizado para proyectar variables críticas como la inflación, el crecimiento del PIB o el tipo de cambio bajo diferentes escenarios económicos. Por ejemplo, mediante un modelo estructural estocástico como un Modelo Dinámico Estocástico de Equilibrio General (DSGE), se pueden simular diversos choques económicos —como una caída en los precios internacionales del petróleo— y observar su impacto probabilístico sobre la estabilidad macroeconómica del país. Esto permite al Banco Central anticipar los efectos de dichos choques y ajustar oportunamente su política monetaria, incluso dentro del régimen de dolarización, mediante mecanismos como la regulación de liquidez o el control del crédito.
En cuanto al Ministerio de Economía y Finanzas, los modelos probabilísticos pueden fortalecer la formulación presupuestaria y la evaluación de sostenibilidad fiscal. Un ejemplo concreto sería la utilización de simulaciones Monte Carlo para proyectar el comportamiento de la deuda pública bajo distintas combinaciones de crecimiento económico, tasas de interés y precios del petróleo, considerando la alta dependencia fiscal del Ecuador respecto a este recurso. Estas simulaciones permiten generar bandas de probabilidad que reflejan el riesgo fiscal, ofreciendo una base técnica más robusta para diseñar medidas de mitigación como fondos de estabilización o ajustes estructurales en el gasto.
Un caso ilustrativo en el contexto ecuatoriano fue el uso de escenarios probabilísticos durante la elaboración del Presupuesto General del Estado posterior a la crisis del COVID-19. En ese periodo, el MEF enfrentó alta incertidumbre sobre la recuperación económica y los ingresos petroleros. Modelos probabilísticos permitieron estimar rangos de posibles déficits fiscales y niveles de endeudamiento, facilitando la negociación con organismos multilaterales como el FMI, bajo supuestos macroeconómicos fundamentados en evidencia técnica.