Ser docente en informática presenta en el aspecto positivo, la rápida evolución de la tecnología exige un aprendizaje constante, mantiendo a los docentes actualizados y en sintonía con las últimas tendencias. Además, tienen la capacidad de motivar a los estudiantes mediante el uso de herramientas digitales, fomentando un aprendizaje más interactivo y significativo.

Esta profesión también enfrenta desafíos importantes. Existe una brecha entre lo que se enseña en las aulas y las habilidades prácticas requeridas en el mundo laboral, lo que puede dificultar la preparación adecuada de los estudiantes. 

Con estos desafíos, ser docente en informática es una experiencia enriquecedora. La profesión no es estática; requiere creatividad y adaptabilidad para buscar nuevas formas de enseñanza que impulsen a la vez el futuro del docente y del estudiante.