Los problemas migratorios en Ecuador en la actualidad se caracterizan por un aumento significativo tanto en la emigración de ecuatorianos como en la inmigración de personas, principalmente venezolanos. La emigración ecuatoriana ha crecido debido a factores como la crisis económica, la falta de empleo, la inseguridad y la violencia, que han llevado a muchas personas a buscar mejores oportunidades en el extranjero, especialmente en Estados Unidos. En los últimos años, se ha registrado un déficit migratorio creciente, con más salidas que llegadas, alcanzando cifras cercanas a 100.000 personas entre enero y julio de 2024. Además, muchos migrantes cruzan rutas peligrosas, como la selva del Darién, enfrentando condiciones extremas y riesgos elevados. Por otro lado, la inmigración venezolana hacia Ecuador ha aumentado considerablemente por la crisis política, social y económica en Venezuela, lo que ha generado una presión sobre los servicios sociales, el empleo y la infraestructura del país.
Las consecuencias de estos movimientos migratorios son complejas. La emigración genera una pérdida de capital humano, aunque las remesas enviadas por los migrantes representan un aporte importante para la economía ecuatoriana. La llegada masiva de migrantes venezolanos ha provocado desafíos en términos de integración, acceso a derechos básicos, empleo y vivienda, además de aumentar episodios de xenofobia y tensiones sociales. La violencia, la inseguridad y el cambio climático también afectan a las poblaciones migrantes y desplazadas dentro del país, dificultando su acceso a servicios esenciales y aumentando su vulnerabilidad. El Estado ecuatoriano ha implementado políticas para la atención y regularización migratoria, pero enfrenta retos significativos para garantizar protección y condiciones dignas a todas las personas en movilidad humana.