Realizado por: Andrés Machado
La medición de hormonas es esencial en el diagnóstico, seguimiento y manejo de múltiples patologías endocrinas. Comprender su clasificación bioquímica en Grupo I (lipofílicas) y Grupo II (hidrofílicas) permite interpretar sus mecanismos de acción y seleccionar métodos de cuantificación adecuados, con impacto directo en la toma de decisiones clínicas.
Importancia biomédica de las hormonas del Grupo I y Grupo II
Las hormonas del Grupo I, como esteroides y tiroideas, son lipofílicas y atraviesan la membrana plasmática para unirse a receptores intracelulares o nucleares. Modulan directamente la transcripción génica, regulando procesos esenciales como el metabolismo basal, el equilibrio hidroelectrolítico y la diferenciación celular. Su cuantificación es clave en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades como hipotiroidismo, síndrome de Cushing o cánceres hormono-dependientes.
En contraste, las hormonas del Grupo II, como las peptídicas (insulina, GH, TSH) y catecolaminas, son hidrofílicas y actúan sobre receptores de membrana, generando señales intracelulares mediante segundos mensajeros (AMPc, IP3). Son determinantes en el control de la homeostasis glucídica, el crecimiento y la respuesta al estrés. Alteraciones en sus concentraciones pueden provocar patologías de alto impacto clínico, como diabetes mellitus, acromegalia o feocromocitoma.
Fundamentación de la cuantificación
La cuantificación de hormonas se fundamenta en la necesidad de establecer diagnósticos certeros y de monitorear terapias. Los métodos utilizados deben equilibrar sensibilidad, especificidad, rapidez y costo, adaptándose a distintos niveles de atención.
- Pruebas rápidas: Son inmunocromatográficas, cualitativas o semi-cuantitativas. Permiten resultados inmediatos en el punto de atención (por ejemplo, pruebas de hCG para embarazo o TSH neonatal), facilitando la toma de decisiones temprana, aunque con menor sensibilidad y especificidad comparadas con técnicas de laboratorio.
- ELISA (Enzyme-Linked Immunosorbent Assay): Utiliza la unión antígeno-anticuerpo con detección enzimática. Es cuantitativo, de buena especificidad y sensibilidad, adecuado para hormonas peptídicas o esteroides en laboratorios clínicos de nivel intermedio.
- CLIA (Chemiluminescent Immunoassay): Basado en reacciones quimioluminiscentes que emiten luz, ofrece muy alta sensibilidad y automatización. Es ideal para la medición de hormonas en concentraciones bajas como TSH ultrasensible o estradiol, siendo de elección en laboratorios de referencia.
Medios de aplicación de las pruebas
El uso clínico de estas técnicas depende del nivel de atención y la infraestructura disponible:
- Pruebas rápidas: Aplicación en consultorios, servicios de emergencia y atención primaria, permitiendo cribado inmediato y decisiones rápidas.
- ELISA: Uso en laboratorios hospitalarios y clínicos intermedios, con capacidad para procesar múltiples muestras con resultados fiables y accesibles en costo.
- CLIA: Implementación en laboratorios automatizados y de referencia, donde se requiere alta sensibilidad, procesamiento de gran volumen de muestras y resultados estandarizados para el seguimiento especializado.
La elección adecuada del método garantiza un diagnóstico oportuno y un manejo terapéutico personalizado, mejorando los desenlaces clínicos en endocrinología.
Bibliografía:
- Greaves RF, Jolly L, Hartmann MF, et al. Pruebas de laboratorio de hormonas esteroides: estado actual y direcciones futuras. Rev Clin Bioquim. 2017;38(1):3-25. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5474173/?report=spanish
- Kiess W, Green A, Krause M, et al. Inmunoensayos para la medición de hormonas en la práctica clínica: visión general. Eur J Endocrinol. 2015;173(1):R1-R14. Disponible en: https://eje.bioscientifica.com/view/journals/eje/173/1/R1.xml?lang=es