Tema 1 Unidad 4: Hormonas

Re: Tema 1 Unidad 4: Hormonas

de URQUIZO LOPEZ SAMANTHA MICAELA -
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Las hormonas del cuerpo humano se pueden clasificar funcionalmente en dos grandes grupos según su naturaleza química y el tipo de receptor que utilizan para ejercer su acción. Esta clasificación tiene implicaciones importantes en su estudio clínico y diagnóstico.

Las hormonas del Grupo I son moléculas lipofílicas, lo que significa que pueden atravesar la membrana celular y unirse a receptores intracelulares, ya sean citoplasmáticos o nucleares. Entre ellas se incluyen los esteroides (como el cortisol, aldosterona, estradiol y testosterona), las hormonas tiroideas (T₃ y T₄) y la vitamina D activa (calcitriol). Estas hormonas son fundamentales en diversos procesos fisiológicos y patológicos. Por ejemplo, los esteroides suprarrenales son claves en la regulación del metabolismo, el estrés, la presión arterial y la inflamación. La medición del cortisol es útil en el diagnóstico del síndrome de Cushing o de la enfermedad de Addison. Las hormonas sexuales, por su parte, son esenciales para la fertilidad, el desarrollo sexual y el diagnóstico de tumores hormono-dependientes. Las hormonas tiroideas tienen un papel fundamental en la regulación del metabolismo basal, el desarrollo neurológico y la función cardiovascular. Alteraciones en T₃ y T₄ están asociadas con hipotiroidismo e hipertiroidismo, ambos con graves consecuencias si no se detectan a tiempo.

En cambio, las hormonas del Grupo II son hidrofílicas, por lo que no pueden atravesar la membrana celular y actúan uniéndose a receptores en la superficie de la célula. Su acción se transmite a través de segundos mensajeros intracelulares, como AMPc, GMPc, calcio o fosfolípidos. En este grupo se encuentran hormonas peptídicas y glucoproteicas como la insulina, el glucagón, la hormona paratiroidea (PTH), la hormona estimulante de tiroides (TSH), la gonadotropina coriónica humana (hCG), la LH y la FSH. Estas hormonas participan en la regulación de funciones metabólicas, reproductivas, del crecimiento y del equilibrio mineral. La medición de insulina y glucagón es esencial para el diagnóstico y manejo de la diabetes. La TSH es una prueba central en el control tiroideo y en el tamizaje neonatal de hipotiroidismo congénito. La hCG se emplea para confirmar embarazos y detectar ciertos tumores trofoblásticos. Por su parte, LH y FSH permiten evaluar la función gonadal, el estado menopáusico y la respuesta a tratamientos de fertilidad.

FUNDAMENTACIÓN DE LA CUANTIFICACIÓN HORMONAL

Para evaluar estas hormonas se utilizan diferentes métodos analíticos, cuya elección depende de factores como sensibilidad, rapidez, accesibilidad y contexto clínico.

Las pruebas rápidas (como los inmunoensayos en flujo lateral, o LFIA) son herramientas sencillas que permiten una detección cualitativa o semicuantitativa en pocos minutos, sin necesidad de equipamiento especializado. Son comunes en entornos ambulatorios y en el hogar. Un ejemplo claro es la prueba de embarazo, que detecta hCG en orina con buena sensibilidad. Otras aplicaciones incluyen tiras de ovulación (para LH) y test de TSH para tamizaje neonatal. Sin embargo, estas pruebas tienen una sensibilidad limitada, por lo que sus resultados suelen requerir confirmación en laboratorio.

Los ensayos inmunoenzimáticos (ELISA) son técnicas ampliamente utilizadas en el ámbito clínico y de investigación. Son más sensibles que las pruebas rápidas y permiten una cuantificación precisa de la concentración hormonal. Funcionan mediante la unión específica entre un anticuerpo y la hormona de interés, seguida de una reacción enzimática que genera un cambio de color proporcional a la cantidad de hormona. Por ejemplo, se puede aplicar ELISA para medir estradiol, insulina, TSH y PTH, entre muchas otras. A pesar de requerir más tiempo de procesamiento, su versatilidad permite adaptarse a diferentes tipos de muestras como suero, saliva u orina.

La quimioluminiscencia (CLIA) es una técnica automatizada que supera en sensibilidad y velocidad tanto al ELISA como a las pruebas rápidas. Utiliza una reacción luminosa en lugar de una colorimétrica, lo que permite detectar concentraciones muy bajas de hormonas con una alta precisión. Esta técnica es la preferida en laboratorios clínicos de alta complejidad y hospitales. Con CLIA se pueden cuantificar hormonas como TSH, cortisol, progesterona, testosterona y estradiol de forma automatizada y reproducible, lo cual es ideal para el monitoreo de pacientes con enfermedades endocrinas crónicas o que requieren seguimiento hormonal estricto (como en tratamientos de fertilidad o en trastornos del ritmo circadiano).

En resumen, la elección de la técnica de cuantificación depende del contexto clínico: las pruebas rápidas se utilizan en el primer nivel de atención para tamizajes o situaciones urgentes; ELISA es útil en laboratorios de bajo a mediano nivel con acceso a equipos básicos; y CLIA es la herramienta de referencia para laboratorios de alta complejidad por su alto rendimiento, automatización y sensibilidad.

BIBLIOGRAFÍA:

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NewScen Coast Biotech - Reliable Diagnostic Rapid Test Kits Manufacturer and Supplier In China. (2018, September 10). NewScen Coast Biotech. https://newscenbiotech.com/