Importancia biomédica de las hormonas del Grupo I y del Grupo II
Las hormonas son mensajeros químicos esenciales que regulan múltiples procesos fisiológicos en el organismo. Según su naturaleza química y mecanismo de acción, se pueden clasificar en dos grandes grupos: las hormonas del Grupo I, que incluyen principalmente hormonas esteroideas y tiroideas, lipofílicas y que actúan a nivel intracelular; y las hormonas del Grupo II, formadas por péptidos y catecolaminas, hidrofílicas y que actúan a través de receptores de membrana celular (Melmed et al., 2016).
La importancia biomédica de estas hormonas radica en su papel fundamental en la homeostasis y el funcionamiento de sistemas como el metabólico, inmunológico y reproductivo. Las hormonas del Grupo I, tales como el cortisol, estrógenos y hormonas tiroideas, son determinantes en patologías endocrinas como el hipotiroidismo, hipertiroidismo, síndromes de exceso o déficit de glucocorticoides, y ciertos cánceres hormonodependientes. Por su parte, las hormonas del Grupo II, entre las que destacan la insulina, el glucagón y la adrenalina, son críticas en la regulación del metabolismo energético y se encuentran involucradas en enfermedades como la diabetes mellitus, trastornos cardiovasculares y desórdenes del crecimiento (Guyton & Hall, 2020).
Para el diagnóstico y seguimiento clínico de estas patologías, es imprescindible la cuantificación precisa de los niveles hormonales. Las pruebas rápidas, basadas en métodos inmunocromatográficos, permiten una detección cualitativa o semi-cuantitativa en entornos con limitaciones técnicas o para screening inicial, aunque con menor sensibilidad y especificidad (Javorsky et al., 2013).
En cambio, el método ELISA (Ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas) es una técnica inmunoenzimática que utiliza anticuerpos específicos para detectar y cuantificar hormonas con alta sensibilidad y especificidad. En el ensayo, la hormona presente en la muestra se une a un anticuerpo inmovilizado, y luego se añade un anticuerpo secundario conjugado a una enzima que genera un cambio de color tras la adición de un sustrato. La intensidad del color es proporcional a la cantidad de hormona y se mide mediante un espectrofotómetro. ELISA es ampliamente utilizado en laboratorios clínicos debido a su capacidad para procesar múltiples muestras simultáneamente, su bajo costo relativo y su buena reproducibilidad, siendo eficaz para hormonas tanto del Grupo I como del Grupo II (Lequin, 2005).
Por otro lado, la quimioluminiscencia (CLIA) es una técnica avanzada que combina reacciones químicas que emiten luz con sistemas inmunológicos para detectar y cuantificar hormonas con mayor sensibilidad y rapidez que ELISA. En CLIA, la hormona en la muestra se une a un anticuerpo marcado con un compuesto quimioluminiscente; cuando se activa la reacción química, se emite luz cuya intensidad es proporcional a la concentración hormonal. Esta luz se mide mediante un luminómetro. La alta sensibilidad de CLIA la hace especialmente útil para detectar hormonas en concentraciones muy bajas, lo que permite diagnósticos más tempranos y monitoreo clínico más preciso en enfermedades endocrinas y metabólicas (Burtis et al., 2012).
Bibliografía
Burtis, C. A., Ashwood, E. R., & Bruns, D. E. (2012). Tratado de química clínica y diagnóstico molecular (5ª ed.). Elsevier.
Guyton, A. C., & Hall, J. E. (2020). Tratado de fisiología médica (14ª ed.). Elsevier.
Javorsky, B. R., et al. (2013). Ensayos rápidos de cortisol salival: revisión de la literatura e implicaciones clínicas. Bioquímica Clínica, 46(15), 1421-1427.
Lequin, R. M. (2005). Ensayo inmunoenzimático (EIA)/Ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA). Química Clínica, 51(12), 2415-2418.
Melmed, S., Polonsky, K. S., Larsen, P. R., & Kronenberg, H. M. (2016). Williams. Endocrinología (13ª ed.). Elsevier.